Mis demonios necesitan de los tuyos, aunque los míos bailen a pasos torpes, aunque los míos canten disonantemente, aunque los míos sean toscos y bruscos, aunque los míos fumen, tomen y en ocasiones se droguen, aunque los míos lloren y hagan desorden, aunque los míos caigan y se desplomen, aunque los míos lean, escriban y borren, aunque los míos carezcan de ideas o tengan montones de ellas, aunque los demonios solo sean míos.
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